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lunes, 28 de julio de 2014

El reto del refresco

¿Sabían que aproximadamente el 40% de las calorías extra que consumimos vienen tan sólo de bebidas con azúcar añadida? Lo peor es que estas bebidas no aportan (por lo general) otro tipo de nutrimentos, sólo azúcar, sodio y calorías. El azúcar nos aporta energía que el cuerpo puede usar de manera inmediata, pero como el estilo de vida se ha ido haciendo cada vez más sedentario, la mayoría de nosotros no utiliza esta energía. Aunque fuéramos personas más activas, las cantidades de azúcar que se consumen hoy en día son excesivas. Y toda esta energía extra que no se utiliza, el cuerpo debe almacenarla en forma de grasa (triglicéridos), así es como contribuye al aumento de peso. 

La bebida con azúcar añadida preferida por los mexicanos es el refresco, como ya les había contado en otro post (en éste). Y el abuso de su consumo está teniendo consecuencias muy graves, una de ellas es la epidemia de sobrepeso y obesidad que vive nuestro país hoy en día (y sus muchas, muchas consecuencias). 

Por estas razones, una de las metas más frecuentes que sugerimos cuando alguien quiere bajar de peso es eliminar este tipo de bebidas (junto con jugos, sobres para preparar agua de sabor o bebidas embotelladas con azúcar añadida). El refresco es la más común porque es la que más se consume. Por lo menos en mi experiencia, cuando las personas se deciden a eliminar el refresco he visto que la pérdida de peso es muy rápida (aun cuando no realicen aun actividad física o hayan cambiado sus demás hábitos de alimentación por completo), es decir el acto de eliminar el refresco de nuestra dieta por sí mismo promueve una pérdida de peso. 

Es por esto que les propongo el reto de eliminar el refresco de sus vidas y que vean los beneficios. Como todo hábito es difícil cambiar de un día para otro, así que pueden elegir cualquiera de estas alternativas:

  1. Cambiar a refresco light. Aunque sigue conteniendo grandes cantidades de sodio y el agua carbonatada no se recomienda tanto, no aporta azúcares ni calorías, y aunque la idea es que eliminemos cualquier tipo de refresco, puede ser un sustituto en lo que se acostumbran (como los parches de nicotina para los fumadores). Gradualmente vayan dejando también el refresco light, y cuando sienta muchas ganas de tomar un refresco compren cualquiera light. 
  2. A la mitad. Cada semana (o dos semanas si se les dificulta mucho) reduzcan a la mitad la cantidad de refresco que toman. O sea, si su consumo general es de un litro al día, la próxima semana empiecen con medio litro, a la siguiente con 250 ml y así. Hasta que su consumo sea mínimo o con suerte se elimine por completo. 
  3. Diluir el refresco. Puede ser un complemento del punto anterior o muy diferente, pero el punto es que de un vaso, diluyan una parte con agua. Puede ser también gradual: la primera semana sólo agreguen una cuarta parte de agua, después la mitad y así hasta que puedan eliminar el refresco por completo. 
  4. Nada. Si se sienten en confianza para hacerlo y creen que pueden, quiten el refresco por completo. Hay gente que le gusta intentar estos cambios de la noche a la mañana y les funciona. 
Algunos tips para lograrlos son:
  1. Si tienen muchas, muchas ganas de tomar un refresco, primero tomen uno o dos vasos de agua. Es probable que al terminarla ya no lo quieran. Pero si aun así creen que lo necesitan, pueden tomarlo. 
  2. Es muy recomendable que tomen agua simple, y una de las razones también para dejar de tomar refresco es que aumenten el consumo de agua. Pero si apenas están encontrando el gusto por agua fresca y sin sabor, pueden agregar trozos de fruta (no el jugo, trozos de fruta). Le va a dar un toque de sabor al agua sin cambiar su composición. 
  3. Observen y registren los cambios. Además de bajar de peso, es probable que noten otros (muchos) beneficios: disminuye la frecuencia e intensidad de los dolores de cabeza, más energía durante el día, menos sensación de sed, para las personas de presión arterial alta van a ver que sus niveles se normalizan, también puede mejorar su patrón del sueño etc. Llevar un diario siempre es una buena idea para el registro de estos cambios (una libreta linda si esto les ayuda más) pero pueden registrarlo en un calendario, etc. También anoten cuánto logran eliminar del refresco o cuántos días sin refresco llevan. 
  4. ¿Ahorraron? Disminuir su consumo de refresco implica también ahorrar todo ese dinero y siempre es un motivador. 
  5. Premios. Fijen una meta y al final del mes si la cumplieron, dense un premio (pueden usar el dinero que ahorraron), puede ser una prenda nueva (y es posible que requieran una talla más chica), un día en el spa, incluso un postre que se les antoje muchísimo. 
Intenten hacer este reto y empezarán a ver cambios desde el primer día (en su estado de hidratación o dolores de cabeza), recuerden que con sólo quitar el consumo de refresco pueden bajar de peso. Comenten cuál de las alternativas les funcionó mejor y qué ha cambiado en su vida. Si tienen algún consejo que les funcionó para dejarlo también pueden compartirlo. 

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