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jueves, 21 de agosto de 2014

Escuchar a nuestro cuerpo: pequeños focos rojos que no hay que dejar pasar

¿Si no duele no sirve? Ok. Una cosa es salirnos de nuestra zona de confort y esforzarnos cada día un poco más, para alcanzar nuestras metas en cuanto a acondicionamiento físico, resistencia, fuerza o incluso en nuestra imagen corporal. Pero otra, totalmente distinta, es terminar con el fisioterapeuta o el médico del deporte por una fuerte lesión. 


No hay duda de que el ejercicio y la actividad física, son buenísimos para nuestro cuerpo. Bueno, en cantidades e intensidades adecuadas, es buenísimo. La onda aquí, es saber reconocer cuánto es suficiente y cuando ya es demasiado. La buena noticia es que nuestro cuerpo tiene esta respuesta y lo más probable es que nos avise, sólo necesitamos entrenar a nuestro cerebro para reconocer los signos para seguir y parar (y además hacerlo). 


Escuchando las señales 

De manera frecuente escucho a personas que cuando se lesionan haciendo ejercicio o algún deporte, digan que fue sólo mala suerte o que seguro ese día lo hicieron mal. Pero la verdad es que seguro tu cuerpo hizo algunos intentos por avisarte que se avecinaba una lesión. Nuestro cuerpo es muy sabio, siempre sabe cuándo algo no está bien e intenta decirnos para que hagamos algún cambio o revisemos qué está pasando, lo malo es que difícilmente le hacemos caso. Si lo hiciéramos muchísimas lesiones graves podrían evitarse. 

Piensen en ciertos dolores como la luz de "check engine" en un coche, si la ignoramos inevitablemente resultará en que nuestro coche eventualmente se descomponga. Obvio que el cansancio, la fatiga y algún dolor es normal y característicos de una rutina de ejercicio, pero hay otros síntomas más sutiles y algunos más serios que es importante identificar. 

Signos comunes de alerta 

Es más fácil escuchar estas alarmas cuando sabemos cómo suenan. Les dejo algunas alarmas comunes para que se familiaricen con ellas:

Sobre entrenamiento o entrenar de más. Workouts muy intensos (muchas veces) pero no el suficiente tiempo para recuperarnos:

    • Periodos largos de fatiga
    • Dolor que no se quita 
    • Insomnia
    • Gripas que nada más no se van 
    • Fluctuaciones en tu tasa cardíaca 
    • Combo de las anteriores
Si se identifican puede ser que estén sobre entrenando y hay que estar la pendiente de estas señales. Una buena idea puede ser utilizar un monitor de la frecuencia cardíaca: si durante el reposo está muy alta, o durante el entrenamiento no pueden aumentarla, puede implicar sobre entrenamiento. Qué hacer: en estos casos, es necesario empezar a recuperarse. Tomen unos días de descanso pero ¡YA! , hay que tener horas de sueño de calidad y lleven una dieta nutritiva y adecuada. También pueden tener días con diferentes rutinas de diferentes intensidades y duración. 

Lesiones. Incluso algunas lesiones leves o menores pueden llegar a requerir intervención. 

    • Dolores tenues o apagados
    • Rango de movimiento limitado inusual
    • Dolores no tan malos pero súper molestos 
A muchos de nosotros, que nos encanta hacer ejercicio o estamos persiguiendo una meta, por lo general ignoramos estos dolores, tomamos un poco de ibupofreno, nos medio enredamos alguna venda y corremos la hora completa o hacemos la rutina entera de crossfit. Pero esto es una pésima idea estos dolores sí molestos pero que no impiden del todo ir al gym, tratan de decirnos algo. Por más tenue o menores que sean, reconozcan estas alarmitas o foquitos rojos:
  1. Reconozcan que tienen un dolor (por más leve que sea), y más cuando es constante. 
  2. Detengan su rutina el tiempo suficiente para recuperarse de este dolor y recuperen toda su movilidad. 
De acuerdo con los médicos del deporte, muchos dolores son causados por la restricción que causamos a nuestras articulaciones que unen tejidos y músculos, llegando incluso a limitar el movimiento junto con dolores. La solución en muchos casos es descansar, hacer un poco de masaje al área y estirar. Después, es tiempo de fortalecer los músculos que están un poco débiles; y esto no siempre implica irnos a las pesas, otros ejercicios con menor impacto pueden ayudarnos a fortalecer: yoga, pilates, elíptica, etc. También puede ser buena idea ir con un profesional de terapia física que nos ayude con algunas lesiones. 

Alteraciones del sueño 

Aunque dormir tarde y levantarnos temprano es lo de rutina para muchos de nosotros (me declaro culpable), la falta de horas de sueño puede tener consecuencias más grave de lo que pensamos y crear estragos en el cuerpo:
    • Alteración en la productividad 
    • Afecta nuestra rutina de ejercicio
    • Estado de bienestar decaído
    • Aumento de hormonas de estrés 
    • Caídas en pico de la energía 
    • Promoción de hábitos de alimentación malos
Cuando nos atacan estos bajones de energía es muy frecuente que recurramos a la cafeína, azúcar o bebidas energizantes, pero estos bajones y subidas están haciendo peor el problema. No tardará mucho tiempo en que se presenten enfermedades, depresión o fatiga crónica, algunos signos de que no estamos obteniendo un descanso de calidad son:

  • Hambre o antojos poco común 
  • Mal humor frecuente 
  • Problemas para concentrarse 
  • Dificultad en mantenerse alerta 
  • Función motora deteriorada 
Si alguno de estos signos o todos, los describen a la perfección, en lugar de meterse shots de cafeína o azúcar, establezcan una mejor rutina para dormir. Las deudas con nuestras horas de sueño van a tomar un poco de tiempo para restaurar los niveles de energía. Aumentan una o dos horas por un mes ayudará a restaurar un patrón sano de sueño. Recuerden que el mayor descanso se obtiene en las horas que duermen antes de las 00:00 hrs (12 am) y lo que pierden de sueño aquí no puede reponerse. 

ADEMÁS es importante enfocarnos en alimentos que nos den suficiente energía y no nos quiten el sueño. La cafeína puede ser una solución momentánea pero también causará que durmamos peor. Una dieta correcta debe dar la energía suficiente para realizar nuestras actividades diarias pero nos dejará dormir bien. 

Hacer caso a esa pequeña luz de "check engine" puede ser la diferencia entre perder unos días de ejercicio y renunciar por completo a esa rutina que nos encanta, o tener siempre ese resfriado que no nos deja en paz. Nuestro cuerpo sabe lo que necesita y por lo general nos lo dice, hay que hacerle caso. 

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