La obesidad es una epidemia a nivel mundial, aunque es más característica de los países de occidente y países desarrollados, es un problema de salud pública que está llegando a consecuencias en verdad preocupantes. Claramente la obesidad no es contagiosa, así como ninguna de las enfermedades crónico degenerativas que se derivan de ésta: Diabetes Mellitus tipo II, insuficiencia renal, dislipidemias, cáncer, etc. (aunque puede haber a veces predisposición genética), pero los hábitos de alimentación y estilo de vida, las decisiones que tomamos, nuestras actitudes hacia el sedentarismo, etc. sí son contagiosas.
Piensen si los hábitos que ahora tienen sólo han sido adquiridos del ambiente, o si influyó mucho la vida que llevaron de pequeños, cómo comían sus padres, copiaron o adquirieron algo de su grupo de amigos, le agarraron el gusto a ciertas comidas, programas de TV de sus parejas, etc. Aunque claro, el ambiente obesigénico tiene mucho que ver.
- El ambiente obesigénico se refiere a las condiciones que hoy en día (por lo menos en México) favorecen más la obesidad que la salud. Por ejemplo: poca infraestructura en las ciudades para transportarse en bicicleta o incluso para poder llegar caminando; no hay subsidio al agua potable, frutas ni verduras, por esto es que a veces es más barato comprar refresco o pastelillos en la tienda que nos calmen el hambre. Poco apoyo a las familias: si bien apoyo y aplaudo la incorporación de la mujer a la actividad laboral y económica, esto ha causado que haya menos tiempo para cocinar, cuidar la alimentación, salir a realizar actividad física. Además de la alta disponibilidad de alimentos industrializados y procesados.
Con esto no quiero decir que la culpa de todo lo tienen los demás, el gobierno, las grandes empresas de comida rápida o la publicidad. Obviamente las opciones que nosotros tomamos es decisión nuestra y de nadie más. La obesidad aunque es cada vez más la prioridad de salud pública, a la población parece no importarle o por lo general sólo nos lo tomamos a broma. Pero es una cuestión muy seria y muchísimo más en México, aquí un poco del panorama:
- Desde 1980 los índices de sobrepeso y obesidad se han triplicado.
- En el mundo 3 de cada 10 personas sufren de sobrepeso y obesidad. En México el promedio es de 7 de cada 10 personas.
- El país ocupa el segundo lugar en obesidad a nivel mundial. Pero es el primer lugar en obesidad infantil :(
- También somos de los primeros lugares en obesidad en mujeres.
- Consistente con este punto, ocupamos el primer lugar en consumo de refrescos en el mundo con un promedio de ¡¡163 litros por persona al año!! 40% más que en Estados Unidos.
- 1 de cada 4 niños mexicanos tienen sobrepeso u obesidad :(
- 8 de cada 10 muertes en México, son causadas por enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, hipertensión, cáncer, etc. las cuales están ligadas al sobrepeso y obesidad. Además, estas enfermedades llegan a ser incapacitantes: las personas deben dejar de trabajar por su condición grave, pierden miembros de su cuerpo, la calidad de vida disminuye gravemente.
- 12% de la población que vive en condiciones de pobreza tiene diabetes. El 90% de los casos son atribuibles al sobrepeso y obesidad.
- 68 mil millones de pesos fue el costo total que tuvo el país por estos padecimientos en el 2010. Se estima que esta cifra aumentará a 150 mil millones para el 2017 :( (esto es 5 veces el presupuesto que tiene la UNAM).
No es cosa de risa, y es muy importante que empecemos a tomarlo a pecho. Hay que dejar ya ideas como: "las personas de verdad comemos bien" o "los gorditos son más felices". Comer bien significa una dieta sana y equilibrada. Es muy cierto y siempre voy a apoyar la idea de que su peso ni su talla definen su felicidad ni lo que valen, pero no es por estética ni por quedar bien con nadie, porque nos queremos y porque sabemos que valemos la pena hay que regresar a nuestro peso, hay que cuidar el de nuestros hijos y promoverlo entre nuestros círculos sociales o con nuestros seres queridos.
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